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Las lentes de contacto pueden ocasionar molestias por diversas razones. Para que funcionen del modo en que se suponen que deben hacerlo, es importante cuidarlas correctamente, siguiendo el calendario de mantenimiento y sustitución y realizando adecuadamente los pasos recomendados para su limpieza.

Siempre quitar las lentes de contacto, usar lágrimas artificiales y acudir a un médico oftalmólogo si:

  • Hay pérdida de visión.
  • Aparece secreción purulenta en el ojo.
  • Persisten las molestias de sensación de cuerpo extraño, dolor, fotofobia (molestia a la luz)

Tener en cuenta:

  • Si ha existido una infección causada por lentes de contacto es importante que luego de la curación las lentes que se coloquen sean nuevas.
  • Si las molestias o el problema desaparecen, examiná detenidamente la lente de contacto. Si observas algún daño en ella, no te la vuelvas a poner. Coloque la lente en su estuche y solicitá un turno con tu oftalmólogo.
  • Si la lente tiene suciedad, una pestaña u otro cuerpo extraño en ella, o si el problema desaparece y la lente parece no tener daño alguno, deberás limpiarla, enjuagarla y desinfectarla bien y, después, volver a ponértela. Cuando vuelvas a ponerte las lentes, si el problema persiste, te recomendamos quitarlas de inmediato y consultar con un oftalmólogo.

Asegurate de seguir las recomendaciones de uso del fabricante de tus lentes de contacto, limpiándolas después de cada uso y sustituyéndolas según el calendario que te haya indicado el oftalmólogo. Es la mejor forma de garantizar la comodidad con las lentes y la salud de tus ojos.

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