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El Pterigion, una afección ocular caracterizada por el crecimiento anormal de tejido en la conjuntiva, que causa síntomas como visión turbia, ardor en el ojo, sensibilidad a la luz y dificultad para ver, principalmente cuando el tejido crece mucho y acaba recubriendo la pupila.

Esta afección, conocida popularmente como carnosidad en los ojos, ocurre con mayor frecuencia en hombres a partir de los 20 años de edad, y puede surgir debido a factores genéticos o a la exposición frecuente a los rayos UV del sol, polvo y viento, por ejemplo.

El tratamiento del pterigion es realizado por el oftalmólogo, que puede indicar el uso de lágrimas artificiales o de colirios descongestionantes o antiinflamatorios para aliviar los síntomas, y, en ciertos casos, la realización de cirugía cuando el tejido crece de manera excesiva y, además de las molestias estéticas, la capacidad visual de la persona se ve afectada.

La cirugía del pterigion sin suturas consiste en extraer el pterigion y colocar tejido sano en su lugar con la ayuda de un pegamento tisular. La extirpación simple del pterigion puede provocar la recidiva, que vuelva a salir el pterigion de nuevo, por lo tanto es recomendable colocar siempre que se pueda un injerto conjuntival.

Una vez terminada la cirugía se coloca una pomada antibiótica, y un apósito, un vendaje compresivo, para tener el injerto en posición durante unas 24 o 48 h hasta que se consiga una buena cicatrización. Al no emplear suturas, el postoperatorio es más confortable. En general, el resultado es muy satisfactorio porque es una operación que en manos expertas obtiene buenos resultados y donde la apariencia cosmética final suele ser excelente.

¿Puede prevenirse?

La mejor prevención es protegerse de los rayos UV que constituyen un factor de riesgo, así como de otros factores que se relacionan con la aparición del pterigion.

Además, en caso de sufrir un pterigion que no requiera cirugía, es necesario que el oftalmólogo lo controle regularmente, con el objetivo de garantizar que no crezca y que la operación siga siendo innecesaria. Por otro lado, en caso de que avance, la revisión ayudará a detectarlo a tiempo antes de que afecte a la visión.

Asimismo, aquellas personas que hayan sufrido un pterigion anteriormente, deberán tener cuidado y acudir al oftalmólogo rápidamente en caso de que los síntomas reaparezcan.

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