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Son muchos los mitos que se escuchan a diario sobre el cuidado de los ojos y la salud visual. Pese a que en muchas ocasiones estas premisas calan hondo en la población general, no son tan ciertas como pensábamos. Nuestros especialistas aclaran algunas de las confusiones más comunes:

“Me late el párpado, debe ser presión ocular”

Lo que los pacientes refieren como latido del párpado son contracciones involuntarias de un músculo denominado orbicular. Estas contracciones se conocen como mioquimias palpebrales y son generadas por fijar la vista durante un período prolongado, por falta de sueño, por estrés o por ingesta de cafeína o de cualquier otro tipo de sustancia excitante. En general, son autolimitadas y no necesitan ningún tratamiento.

La presión ocular no produce síntomas, razón por la cual es muy importante hacer controles oftalmológicos de rutina para poder diagnosticar el glaucoma, patología que genera una pérdida progresiva de la visión.

“El uso de la computadora seca los ojos”

Al igual que cualquier actividad de lectura, el empleo de computadoras disminuye la frecuencia de parpadeo, que genera una reducción de la producción de lágrimas durante esta actividad. Para mejorar esta situación se puede intentar con parpadear más seguido o aplicar lágrimas artificiales.

¿Qué es mejor para los ojos inflamados: el frío o el calor?

En caso de tener una inflamación como conjuntivitis, el frío es mejor ya que posee propiedades analgésicas y antinflamatorias por la vasoconstricción que genera. Sin embargo, el calor es el tratamiento de primera línea en los pacientes que padecen ojo seco, en especial, cuando es producto de una alteración en la calidad de las lágrimas, que son los más frecuentes. En estos pacientes, existe obstrucción de las glándulas que producen aceite -ubicadas detrás de las pestañas y es el calor el que derrite los coágulos que las bloquean y restablece la secreción.

¿El sol daña los ojos?

Es verdad. La radiación ultravioleta emitida por el sol es la responsable de generar daño en las estructuras oculares y capaz de producir inflamaciones en la córnea, catarata, lesiones en la retina y tumores en la superficie del ojo. Los tumores han aumentado en incidencia en los últimos años, pueden ser malignos o benignos; el más frecuente es el Pterigion, un crecimiento anormal de la conjuntiva (tejido blanco que rodea el globo ocular) sobre la córnea. Por eso, es importante utilizar anteojos con protección y escoger un armazón envolvente, que proteja de los rayos laterales que provienen de los costados.

¿Utilizar anteojos sin receta y comprados en la calle puede ser riesgoso?

Es así por dos motivos: en primer lugar, los anteojos comprados sin receta tienen la misma corrección en ambos ojos y en la mayoría de los pacientes siempre existe una pequeña diferencia entre un ojo y el otro que es importante corregir. Por otro lado, estos anteojos son producidos de manera masiva y no tienen en cuenta la distancia interpupilar de cada individuo -la distancia que hay entre los dos orificios negros que están en el centro del iris-. Esto genera que los anteojos no estén bien centrados y que haya síntomas como astenopia, que es un dolor de cabeza producido por la mala corrección de los defectos refractivos. Cada paciente es diferente y necesita un anteojo personalizado, por eso la visita oftalmológica permite optimizarlos en base a las características de cada paciente.

“El estrabismo no se puede operar en edad adulta”

Nada más lejos de la realidad, puesto que la desviación ocular puede operarse a cualquier edad con éxito. Hay que perder el miedo a ver doble tras la intervención, es un riesgo muy poco frecuente y que, con las pruebas previas oportunas y la práctica quirúrgica adecuada, se minimiza todavía más.

“Realizar esfuerzos físicos puede provocar un desprendimiento de retina”

En los inicios de la cirugía del desprendimiento de retina se indicaba el reposo como una condición esencial para que la retina recuperase su posición. Sin embargo, las técnicas y los avances actuales no requieren generalmente restricciones de posicionamiento ni impiden al paciente realizar esfuerzos físicos. De ahí que levantar pesos o practicar ciertos deportes no solo no repercuta negativamente en la evolución postquirúrgica del desprendimiento de retina, sino que tampoco puede considerarse un detonante que lo cause.

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