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Una nueva investigación ha demostrado que la apnea severa del sueño es un factor de riesgo para desarrollar edema macular diabético, una complicación de la diabetes que puede causar pérdida de visión o ceguera que, a su vez, también es más difícil de tratar en pacientes con apnea severa del sueño. Si bien la investigación anterior mostró una conexión débil entre las dos patologías, está aumentando la evidencia de que la apnea del sueño exacerba la enfermedad ocular subyacente, según los investigadores que presentaron su estudio en la 123ª Reunión Anual de la Academia Americana de Oftalmología.

Cuando las personas con diabetes tienen un control deficiente sobre sus niveles de azúcar en la sangre, los pequeños vasos sanguíneos de la parte posterior del ojo pueden dañarse. Esta enfermedad se llama retinopatía diabética. A veces, pequeñas protuberancias sobresalen de los vasos sanguíneos, filtrando líquido y sangre hacia la retina. Este líquido puede causar hinchazón o edema en un área de la retina que nos permite ver con claridad.

Ahora los investigadores creen que la apnea del sueño puede contribuir al desarrollo y empeoramiento de la retinopatía diabética al aumentar la resistencia a la insulina, elevar la inflamación y subir la presión arterial, todo lo cual puede dañar los vasos sanguíneos en la parte posterior del ojo.

La mejor manera de prevenir es someterse a revisiones periódicas, llevar un estricto control metabólico de los factores de riesgo (glucemia, presión arterial, etc.) y adoptar hábitos de vida saludables. Todo ello resulta básico para mantener a raya la diabetes y frenar el avance de la retinopatía diabética, que suele ser asintomática en su fase inicial. Y si se sufre de apnea del sueño, comentarlo al oftalmólogo para realizar el seguimiento.

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