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Cuando hablamos de glaucoma, nos referimos al conjunto de afecciones del ojo que dañan el nervio óptico (fundamental para ver bien) y la principal causa de ceguera, sobre todo en adultos mayores. Los síntomas dependen del tipo de glaucoma y qué tan avanzado esté, pero por lo regular son estos:

  • Enrojecimiento del ojo
  • Dolor de ojos
  • Náuseas
  • Halos
  • Ver puntos de colores
  • Visión borrosa

Los principales factores de riesgo del glaucoma son antecedentes familiares con glaucoma, tener diabetes, presión arterial alta, haber sufrido una lesión en el ojo, miopía o hipermetropía agudas, presión ocular alta, entre otras. El glaucoma no se cura, pero se puede frenar el daño si está en etapa inicial a través de gotas, medicamentos o hasta cirugía.

Por su parte, la catarata es la opacidad del cristalino del ojo, lo que dificulta la visión y provoca que la persona vea al igual que lo haría tras una ventana empañada. Los principales síntomas de la catarata son:

  • Visión opaca
  • Intolerancia a la luz
  • Problemas para ver de noche
  • Dificultad para distinguir colores

Los principales factores de riesgo de la catarata son exposición a los rayos de sol sin usar lentes de sol u otro tipo de protección, diabetes, uso prolongado de medicamentos corticoesteroides, fumar, obesidad, entre otros. En caso de que los lentes indicados no funcionen, la opción es la cirugía.

Esta síntesis es apenas un esbozo de ambas patologías. Ante el mínimo cambio que notes en tus ojos, no dejes de acudir al especialista. La salud de tus ojos está en tus manos.

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