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El lagrimeo ocular tiene varias causas. Una de las más comunes es la abrasión de la córnea, que ocurre cuando tus ojos están expuestos prolongada o exageradamente a fuentes de luz, principalmente el sol.

Una causa no tan común del lagrimeo, pero más peligrosa que la anterior, es la infección ocular. Dependiendo del motivo de la infección, el lagrimeo puede ser la consecuencia principal o un efecto más entre un conjunto de condiciones.

Paradójicamente, una de las causas más frecuentes de los ojos llorosos es el ojo seco. La sequedad en los ojos estimula a que sintamos molestias que impulsan a nuestro organismo a producir más lágrimas de lo habitual.

Otras causas posibles de lagrimeo son conjuntivitis, laceración corneal, alergias, obstrucción del conducto lagrimal, alteraciones palpebrales, y úlceras en la córnea.

Tratamiento

La mayoría de los casos de lagrimeo ocular pueden ser solventados con el tratamiento adecuado, pero para esto debes acudir al oftalmólogo lo más pronto posible apenas detectes síntomas o signos de lagrimeo excesivo de modo de abordarlo en sus etapas tempranas.

Para solucionar el lagrimeo, el especialista te recomendará examinar tu higiene ocular, especialmente si utilizas elementos para mejorar la vista tales como lentes externos o de contacto. Él te aconsejará también el uso de anteojos de sol protectores si lo cree conveniente.

Por último, te sugerirá no abusar de las pantallas digitales de computadoras, tabletas, teléfonos celulares u de otros dispositivos tecnológicos. Y puede que te también te pida periodos de descanso para así reposar la vista.

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