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La miopía es un defecto de la visión que impide a quienes la padecen ver con nitidez los objetos lejanos. Este defecto provoca que el ojo se agrande y que, a medida que crecemos, el ojo también crezca con nosotros, por eso las dioptrías de la miopía aumentan tanto durante la niñez. Las causas de la miopía pueden ser congénitas, es decir, un defecto de visión con el que se nace y que se hereda de los padres entre un 40 y un 60%, o ambiental, que parece ser la causa principal del aumento de la miopía en los últimos años. Por ejemplo, si uno permanece muchas horas fijando la vista de cerca al leer, estudiar, usando el celular o trabajando en la computadora.

¿Cómo se trata?

Hasta hace pocos años, la miopía, tanto en niños como en adultos, sólo se trataba prescribiendo unos anteojos para corregir la visión que se gradúan a medida que las dioptrías van creciendo. Y una vez que la miopía ha dejado de progresar, los adultos pueden someterse a una cirugía láser para corregirla.

Hoy día se sigue haciendo, pero por suerte, en algunas partes del mundo ya se disponen de nuevas tecnologías para limitar la progresión de la miopía. Una de ellas son unos lentes de contacto, que utilizados en niños prometen reducir la progresión de la miopía hasta un 59%. Estos lentes tienen un diseño especial que los convierten en un lente bifocal, es decir, que enfoca tanto de lejos como de cerca. El diseño se asemeja al de una diana en la que el centro del lente está diseñado y graduado para ver de lejos, el siguiente anillo, para ver de cerca, el siguiente para ver de lejos… y así según nos alejamos del centro. Eso provoca que las personas que las llevan puestas vean bien porque la graduación en el centro es la correcta, pero a la vez provoca una especie de ‘borrosidad’ en unas zonas determinadas de la retina para engañar al ojo y que no crezca, no produzca más alargamiento del ojo y más miopía.

Estos lentes están recomendados solo durante la niñez, pues están destinados a reducir a progresión de la miopía, algo que ya no ocurre en la edad adulta.

Por qué es importante frenarla

Lamentablemente no es una tecnología muy difundida. Aunque todavía no es posible revertir la miopía, es de suma importancia poner todo lo que esté en nuestra mano para mejorar la calidad de vida de los que la padecen. La idea, con este tratamiento y otros, es que el adulto tenga la menos graduación posible, porque cada dioptría supone un mayor riesgo de sufrir otros problemas asociados, como glaucoma, cataratas, desprendimiento de retina y maculopatía, que puede provocar hasta ceguera.

A los tratamientos disponibles, es importante combinarlos con un estilo de vida adecuado, que consiste en dos sencillos tips:

  • No acercarse mucho las cosas para mirarlas.
  • Estar al menos dos horas al día al aire libre.
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