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Todas las partes del ojo son sumamente delicadas; por eso, no debe tomarse a la ligera el uso de lentes de contacto sin prescripción, ya que se corren diversos riesgos. Su uso inapropiado puede acarrear diversos problemas, que abarcan desde posibles lesiones, hasta úlceras e infecciones. De hecho, a veces llegan a comprometer la visión de la persona. Por eso, solo deben utilizarse bajo la supervisión de un oftalmólogo, quien hará con antelación los exámenes correspondientes para determinar su uso seguro.

¿Cuáles son los riesgos?

  • Abrasión corneal: los lentes de contacto sin prescripción no siempre ajustan bien y al colocarlos podría rayarse por accidente la capa externa del ojo.
  • Infección ocular: algunas infecciones como la queratitis llegan a ser graves. Y es que, en ciertas ocasiones, por no acudir al médico, las personas desconocen las precauciones que deben tomar para manipular los lentes de contacto, lo que incrementa los riesgos.
  • Sustancias tóxicas: algunos materiales que se utilizan para elaborar los lentes de contacto y, de manera más particular, los productos químicos usados para darles color a los de venta libre, pueden resultar tóxicos para algunas personas.
  • Conjuntivitis alérgica: puede ser provocada por ácaros del polvo, hongos, polen, entre otros agentes. Sin embargo, el uso de lentes de contacto se cuenta entre los factores que contribuyen a exacerbar la conjuntivitis, de acuerdo con lo que se señala en las investigaciones sobre el tema.
  • Conjuntivitis por pestañas postizas: El uso indebido de los lentes de contacto puede empeorar los síntomas de la conjuntivitis alérgica.

Otras enfermedades oculares: cuando se presentan problemas frecuentes por el uso de lentes de contacto sin prescripción, es posible que se desarrollen o se potencien otras enfermedades graves que afectan la visión. Entre estas se tienen las cataratas y el glaucoma. Sin embargo, es necesario acotar que también hay lentes terapéuticos especiales para ayudar a controlar dichas patologías.

Atención con estos signos

Ante cualquier signo de irritación, infección o incomodidad, es conveniente acudir al médico. Esto incluye enrojecimiento, ardor, dolor, lagrimeo, secreciones, sensibilidad, visión borrosa, entre otros. En estos casos, lo más recomendable es retirar el lente de contacto, no volver a colocárselo y acudir al especialista lo más pronto posible. Asimismo, es necesario llevar las lentillas para que el oftalmólogo las revise y determine la causa de la molestia.

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