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Muchos estudios han demostrado que uno de los mayores factores de riesgo de glaucoma son los antecedentes familiares de la enfermedad. Esta enfermedad es claramente hereditaria, sobre todo entre los hermanos: el índice de glaucoma puede ser diez veces más alto entre los individuos cuyos hermanos padecen de glaucoma. Es probable que al menos quince de los pacientes con glaucoma tengan como mínimo un hermano con glaucoma y que esa persona ignore por completo su enfermedad. Es importante recordar que todos los parientes consanguíneos tienen mayor riesgo.

Una de las cosas más importantes que podés hacer como paciente con antecedentes, es hablar sobre la patología con tu familia. Estar informados sobre el tema, ayudará a que todos adopten medidas que los ayuden a conservar la visión. A veces el glaucoma no causa síntomas al principio, pero cuanto más pronto se detecta, más fácil es de tratar y habrá mayores posibilidades de salvar la visión. Es fundamental sugerir a los miembros de la familia que se hagan un chequeo completo con el oftalmólogo.

¿Cómo se trata el glaucoma?

En los casos sin complicaciones, la cirugía puede corregir en muchos pacientes los defectos estructurales. En otros es necesario recurrir también a fármacos. Los tratamientos médicos pueden incluir el uso de gotas oftálmicas tópicas y medicamentos orales. Estos tratamientos ayudan a aumentar la salida de líquido del ojo o a disminuir la producción de líquido del ojo. Ambos efectos reducen la presión ocular.

Existen dos tipos principales de tratamiento quirúrgico: cirugía de filtración y láser. Los médicos generalmente recomiendan la cirugía láser antes que la convencional, a menos que la presión del ojo sea muy elevada o que el nervio óptico esté gravemente dañado.

Durante la cirugía láser se usa un haz de luz focalizado para producir una quemadura o abertura muy pequeña en el sistema de drenaje del ojo. Esto ayuda a aumentar el flujo de líquido fuera del ojo. Por el contrario, la cirugía convencional (microcirugía filtrante) comprende la generación de un orificio de drenaje mediante el uso de un instrumento quirúrgico. Esta nueva abertura permite que el líquido intraocular eluda los canales de drenaje obstruidos y fluya por este nuevo canal artificial de drenaje.

Cuando la cirugía láser no logra disminuir la presión ocular de manera satisfactoria o la presión comienza a elevarse nuevamente, es posible que el médico recomiende una cirugía convencional. La cirugía de glaucoma puede realizarse muchas veces sin riesgos considerables.

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