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La catarata es una patología compleja en la que desempeñan un papel importante factores genéticos pero también ambientales, como la exposición a la radiación ultravioleta (UV). Se manifiesta como una progresiva opacificación del cristalino que dificulta y, en último término, impide la visión.

Existen varias causas para la opacificación del cristalino, pero la más frecuente es la continua exposición a las radiaciones ultravioletas. Al ser absorbidas por el cristalino a lo largo de la vida de la persona, provocan una serie de reacciones fotoquímicas que, en última instancia, hacen que el cristalino pierda transparencia.

¿Cómo se diagnostican?

Para el diagnóstico de las cataratas se usan dos métodos: una lámpara de hendidura (slit lamp), con la que el oftalmólogo observa el cristalino directamente; o la medida de la agudeza visual y sensibilidad al contraste del sujeto.

El test de agudeza visual básico, que todos los que usamos anteojos hemos hecho alguna vez, consiste en la lectura por parte del paciente de una serie de caracteres alfanuméricos de tamaño cada vez más pequeño (tabla optométrica). La medida de la sensibilidad al contraste es parecida, solo que en lugar de caracteres alfanuméricos se utilizan patrones de líneas con contraste y espaciado (frecuencia) variable.

La solución: sustituir el cristalino por una lente

El tratamiento más habitual –casi único– de la catarata ocular es quirúrgico y consiste en la extirpación del cristalino y su sustitución por una lente intraocular (LIO) que puede, además, ser diseñada para compensar la ametropía del sujeto (miopía, hipermetropía y astigmatismo).

Lamentablemente, al sustituir el cristalino en la intervención, el sujeto pierde la capacidad de acomodación, lo que hace que no pueda enfocar objetos muy cercanos. El problema suele corregirse con gafas o con lentes intraoculares multifocales o de rango extendido.

Determinar cuál es la lente más adecuada para cada paciente es un proceso complejo que forma parte del preoperatorio y que se realiza, habitualmente, con la ayuda de una computadora y de forma personalizada a partir de las medidas de parámetros oculares del paciente como la longitud del ojo.

La importancia de proteger bien los ojos

Aunque las lentes intraoculares ofrecen una solución eficaz para el problema de la catarata ocular, la prevención es siempre el mejor remedio. Conviene proteger los ojos contra la radiación solar utilizando gafas de sol que cumplan la normativa Europea, especialmente cuando el índice de radiación UV es elevado.

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